Nuestro primer bosque

En 1925 se le otorga el título de Villa a la población de Santa María y se crea el cantón de Dota, número 17 de la ciudad de San José.  Años antes, el Obispo Bernardo Augusto Thiel afirmó que Dota significaba “punto donde solamente las aves pueden volar”, sembrando de esta manera la semilla de la esperanza y el ideal de lucha en los pobladores.

En la década de 1990 don Herminio Chacón Morales, uno de los fundadores del cantón, decidió que había llegado el momento de heredar la tierra a sus descendientes. En aquellos tiempos, en la Zona de los Santos, se hablada de “tierras bonitas” y “tierras productivas”; las primeras, eran terrenos con paisajes imponentes, cargados de naturaleza; las segundas, terrenos para la siembra y ganado. Así pues, don Herminio heredó a sus hijas las tierras bonitas y a sus hijos varones las tierras productivas.

En la finca de una de las hijas de don Herminio Chacón, Mireya Chacón Agüero, la naturaleza imponente y la biodiversidad existente, habían construido un mundo inseparable, intacto y feliz. Al pasar los años, la finca de 53.678 m2 se convirtió, junto con otras propiedades aledañas, en espacios protegidos o corredores biológicos.

No obstante, como suele pasar con muchas de estas propiedades, las presiones económicas para su manutención han sido siempre importantes. Por tal motivo, diversos grupos económicos han tratado de adquirir el terreno con el objetivo de desarrollar importantes actividades agrícolas y urbanísticas. Afortunadamente, a pesar de que las ofertas han sido muy tentadoras, el deseo de sus propietarios de preservar este pequeño paraíso verde ha sido siempre más fuerte. Así las cosas, en la actualidad y bajo la óptica de la sostenibilidad con el medio ambiente, nace el proyecto Little Costa Rica.